A finales de este mes de noviembre el área caribeño de nuestro país se vio golpeado por una serie de eventos naturales los cuales trajeron muchas lluvias a esta zona. El fin de semana del 23 y 24 de noviembre lluvia torrenciales golpearon la zona generando que muchos rio de salieran de sus causes llevando mucho daño y destrucción. A raíz de ello las rutas a la zona tal como la Ruta Nacional 32 y el paso por la carretera vieja (vía Turrialba) fueran clausuradas por derrumbes, a esta se sumó que el desbordamiento de los ríos inundara completamente la carretera a nivel se Bataan, 28 millas, entre otras localidades.
El día 23 fue imposible viajar de San José a Limón, por lo que desconociendo aun en este momento de la magnitud de las inundaciones mis colegas y yo decidimos viajar hasta el 24 por la mañana (5:00 AM) con el fin de llevar a Limón y dirigirnos a nuestro centros de trabajo. A esta decisión topamos con el primer inconveniente del día al llegar a la terminal de autobuses se no informó que la ruta 32 aun permanecía clausurada, por lo que el autobús tendría que viajar por carretera vieja, vía Turrialba. A pesar que el viaje tardaría aproximadamente una hora más esto no sería nada con lo que toparíamos más a delante. Al llegar a la localidad de 28 Millas, nos topamos con una fila de tráiler donde el bus se detuvo y apagó su motor por alrededor de 30 minutos bajo una lluvia torrencial. Luego empezó su avance a muy poca velocidad. Al lado del camino vehículos pequeños estaban estacionados y sus ocupantes viendo el avance únicamente de vehículos altos. Al llegar a 8 millas el autobús es detenido por un oficial de tránsito, quien le informa al chofer que más adelante las inundación es mucha, que lo más probable es que no logre atravesar, pero si lo desea puede intentarlo detrás de unos cuanto tráiler que se animaron. A ello el chofer responde “… diay voy a echarme a ver qué” y responde el oficial “bueno que le vaya bien, que Dios los acompañe”, y el viaje continuó. Lo que nuestro ojo estaban presenciado el algo que solo en la televisión habíamos visto antes. Cuando llegamos nivel de Matina, Bataan, etc. la inundación era inmensa, la carretera era un río completo a su lado terrenos completamente bajo el agua, plantaciones de banano arrasados por la inmensa corriente de agua que pasaba en ese momento, casas destrozadas, lugareños en los techos de sus casas esperando que algún buen samaritano llegara a ayudarles, mas adelante a la orilla de la vía una señora alimentando un ternero y resguardando unas gallinas, los cuales probablemente sean lo único que le queda. Más adelante un camión del Diario Extra volcado al lado del camino.
Ante una vista atónita de los ocupantes del autobús logramos completar la travesía y llegar al centro de Limón cerca de las doce medio día, esto gracias a la ayuda de Dios. Lo visto ese día es algo que talves y espero que no vuelva a ver, y que espero no suceda nuevamente. Ante ello lo único que puedo decir es QUE DIOS NO AYUDE Y AMPARE.
A.E.S.S.